En la vida, muchas personas hablan de la “suerte”: tener suerte en el amor, en el trabajo o en los negocios. Algunos incluso dependen de amuletos o rituales para “atraer la buena suerte”. Pero, ¿qué dice realmente la Biblia sobre este concepto? ¿Existe la suerte desde la perspectiva cristiana?
1. La Biblia No Habla de Suerte, Sino de la Voluntad de Dios
La Biblia enseña que nada ocurre por casualidad, sino bajo el control soberano de Dios. En Proverbios 16:33 leemos:
“La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella.”
Esto significa que, aunque algo parezca producto del azar, Dios tiene el control de todo resultado. No hay coincidencias en el plan divino, solo propósitos que a veces no comprendemos de inmediato.
2. El Concepto de “Suerte” y la Fe Cristiana
Cuando los cristianos hablan de suerte, muchas veces lo hacen de manera coloquial. Sin embargo, la fe cristiana no se basa en el azar, sino en la confianza en Dios.
En lugar de decir “tuve suerte”, el creyente puede decir:
“Dios me bendijo” o “fue la voluntad del Señor”.
Porque como dice Santiago 1:17:
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces.”
Esto nos recuerda que todo lo bueno proviene directamente de Dios, no de la casualidad.
3. Dios Dirige los Caminos del Justo
Los planes de los hijos de Dios no dependen de la suerte, sino de la dirección divina.
El Salmo 37:23 afirma:
“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.”
Dios guía cada paso de nuestra vida, incluso cuando las circunstancias parecen “accidentales”. Lo que muchos llaman suerte, para los creyentes es providencia divina.
4. La Idolatría de la Suerte
En tiempos bíblicos, algunos pueblos adoraban a dioses de la fortuna o del destino. La Biblia condena esa práctica. En Isaías 65:11, Dios reprende a los que preparaban mesas “para la Fortuna”, mostrando que confiar en la suerte es apartarse de Él.
Hoy, cuando las personas usan amuletos, cartas, o supersticiones, están cayendo en una forma moderna de idolatría. La Palabra de Dios nos llama a poner nuestra confianza solo en Él, no en objetos o rituales.
5. Vivir Confiando en la Soberanía de Dios
El creyente debe aprender a descansar en la soberanía de Dios, sabiendo que Él tiene el control de cada detalle.
Romanos 8:28 nos da una gran promesa:
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Nada escapa al propósito divino. No necesitamos suerte, porque tenemos la bendición y dirección del Señor.
Conclusión
La Biblia no enseña a creer en la suerte, sino en un Dios soberano y amoroso que gobierna sobre todo. En lugar de buscar buena suerte, debemos buscar la voluntad de Dios, porque quien confía en Él nunca está a merced del azar.
“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.” — Salmo 37:5