Desde la creación del mundo, Dios mostró su amor por todas las criaturas. En el libro del Génesis, se nos recuerda que los animales también son parte del plan divino: “Dios hizo las bestias del campo según su especie, y todo lo que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:25).
Cada animal, grande o pequeño, fue hecho con propósito y cuidado por el Creador.
🐑 El cuidado y la compasión como mandamiento
La Biblia enseña que el amor y la compasión no deben limitarse solo a las personas. En Proverbios 12:10 dice:
“El justo cuida de la vida de su bestia, pero el corazón de los impíos es cruel.”
Esto nos muestra que el trato hacia los animales refleja nuestro carácter y relación con Dios. Ser compasivos con ellos es un acto de justicia y obediencia.
🕊️ Los animales en el plan de Dios
Los animales tienen un papel importante en la Biblia: fueron compañeros, ayudantes en el trabajo y parte de los sacrificios antiguos que apuntaban al sacrificio de Cristo. Incluso en el arca de Noé (Génesis 6–9), Dios mostró su deseo de preservar la vida animal, mandando a Noé a salvar “de dos en dos” todas las especies.
Esto demuestra que Dios no solo se preocupa por la humanidad, sino también por Su creación entera.
🌿 Un llamado a la responsabilidad
Como seres humanos, fuimos puestos en el mundo para administrar lo que Dios creó, no para destruirlo. En Génesis 2:15, se dice que Dios puso a Adán en el Edén “para que lo labrara y lo cuidara”.
Eso incluye cuidar la tierra, el agua y las criaturas que la habitan. Maltratar animales o destruir sus hábitats es ir en contra del propósito divino.
❤️ Amar como Cristo ama
Jesús enseñó que el amor debe ser la base de todo. Si amamos a Dios, también debemos amar Su creación. Cada vez que cuidamos a un animal, protegemos la naturaleza o aliviamos el sufrimiento de una criatura indefensa, estamos reflejando el amor de Cristo.
🌈 Conclusión
El amor hacia los animales no es solo una cuestión de sensibilidad, sino de espiritualidad. Es un reflejo del amor de Dios manifestado en nosotros. La Biblia nos llama a ser buenos administradores, compasivos y conscientes de que toda vida tiene valor ante los ojos del Creador.
“El Señor es bueno para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.” – Salmo 145:9