A veces, cuando todo parece callar y el mundo no ofrece respuestas, creemos que Dios también ha guardado silencio. Pero no es así.
Dios habla en el susurro del alma.
En el viento suave, en el atardecer tranquilo, en esa lágrima que cae sin explicación… ahí está Él. No siempre grita, pero siempre está presente.
Si hoy no escuchas Su voz, no te desesperes. A veces, Dios está preparando tu corazón para algo mayor. La espera no es castigo, es preparación.
Confía. Descansa. Aún en el silencio, Dios te está sosteniendo.
“Quédate quieto, y reconoce que yo soy Dios.” – Salmo 46:10
Visita Mas Versículos