La palabra “diezmo” significa literalmente “la décima parte”. En la Biblia, el diezmo era una porción del 10% que el pueblo de Israel debía entregar de sus cosechas, ganado y bienes, como señal de obediencia a Dios y para el sustento de los levitas (quienes servían en el templo).
“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.”
Levítico 27:30
El diezmo en el Antiguo Testamento
El diezmo fue establecido como un mandato en la Ley de Moisés. Su propósito era múltiple:
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Sostener a los levitas que no tenían herencia de tierra.
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Ayudar a los necesitados como huérfanos, viudas y extranjeros.
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Mantener la adoración en el templo.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
Malaquías 3:10
El diezmo en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, Jesús menciona el diezmo cuando reprende a los fariseos por su hipocresía:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta, el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.”
Mateo 23:23
Aquí, Jesús no elimina el diezmo, pero enfatiza que la obediencia externa no tiene valor sin un corazón lleno de amor y justicia.
En la iglesia primitiva, más que hablar de un 10%, se resalta la generosidad voluntaria. Los creyentes compartían lo que tenían para que nadie estuviera en necesidad (Hechos 2:44-45).
El apóstol Pablo también enseña que debemos dar con alegría y no por obligación:
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
2 Corintios 9:7
¿Cómo aplicamos el diezmo hoy?
La enseñanza bíblica nos lleva a entender que:
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El diezmo era parte de la ley para Israel.
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Jesús y los apóstoles nos llaman a vivir con generosidad, gratitud y amor.
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Más que una obligación matemática, dar es un acto de fe y de adoración a Dios.
En la práctica, muchos cristianos siguen apartando el 10% como una disciplina espiritual y una forma de apoyar la obra de Dios. Otros entienden que deben dar más allá de un porcentaje, según lo que Dios pone en su corazón.
Conclusión
La Biblia enseña que todo lo que tenemos proviene de Dios, y el diezmo nos recuerda esa verdad. Más allá de un número, lo que Dios busca es nuestro corazón dispuesto y generoso.
Dar no es una carga, sino una oportunidad para honrar a Dios y bendecir a otros.
“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.”
Proverbios 3:9-10