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Domingo, Diciembre 7, 2025
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¿Qué dice la Biblia sobre la crítica?

La crítica es algo que todos enfrentamos, tanto al recibirla como al emitirla. En un mundo donde las opiniones se expresan con facilidad, la Biblia nos enseña a tener cuidado con nuestras palabras y con la actitud de nuestro corazón al juzgar a los demás.

La crítica destructiva y el juicio

Jesús advirtió claramente sobre el peligro de juzgar a los demás con dureza o hipocresía. En Mateo 7:1-2 dice:
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.”

Este pasaje no prohíbe discernir entre el bien y el mal, sino hacerlo con una actitud condenatoria o sin amor. Cuando criticamos a otros sin examinar primero nuestra propia vida, caemos en el error de la hipocresía. Jesús continúa diciendo en Mateo 7:5:
“Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”

La crítica destructiva no edifica, hiere y divide. El creyente está llamado a ser luz y ejemplo, no juez implacable de los demás.

La crítica constructiva y el amor fraternal

La Biblia también nos enseña que, en ciertos casos, debemos corregir a nuestros hermanos, pero siempre con amor y humildad. En Gálatas 6:1 se nos instruye:
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.”

La crítica constructiva busca restaurar, no humillar. Su propósito es ayudar al otro a crecer espiritualmente y acercarse más a Dios. La diferencia está en la intención: una crítica hecha desde el amor y la compasión refleja el carácter de Cristo.

El poder de las palabras

Proverbios 18:21 nos recuerda:
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.”

Nuestras palabras pueden levantar o destruir. Cuando hablamos de otros, debemos preguntarnos si lo que decimos contribuye al bien, a la verdad y al amor. Un corazón lleno de Cristo hablará con sabiduría y gracia, no con desprecio o envidia.

Conclusión

La Biblia nos enseña a evitar la crítica injusta y el juicio apresurado, y a practicar una corrección amorosa cuando sea necesaria. Antes de señalar las faltas de otros, debemos examinar nuestro propio corazón y buscar reflejar el carácter de Cristo en nuestras palabras.

Criticar sin amor nos aleja de Dios; hablar con sabiduría y humildad nos acerca más a Él. Que nuestras palabras sean siempre guiadas por el Espíritu Santo, para edificar, consolar y restaurar a quienes nos rodean.

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