Hay momentos en la vida cristiana donde oramos, clamamos, y esperamos… pero el cielo parece estar en silencio. Sentimos que Dios no responde, que nuestras palabras se pierden en el aire, y el alma se llena de dudas.
¿Te ha pasado? No estás solo.
La Biblia no ignora estos sentimientos. De hecho, muchos hombres y mujeres de Dios pasaron por temporadas de silencio, pero aprendieron a confiar. Aquí te comparto 5 verdades bíblicas que te ayudarán cuando sientas que Dios no te escucha.
1. El silencio de Dios no es su ausencia
Solo porque no sientas a Dios, no significa que Él no esté. En Isaías 41:10, Dios promete:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios.”
A veces Dios está trabajando en lo invisible, enseñándonos a depender más de Él.
2. Dios siempre escucha a los que claman con fe
Salmo 34:17 dice:
“Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.”
Tu oración no es ignorada. Dios la recibe, la valora y la responde a su tiempo y a su manera.
3. El tiempo de espera es tiempo de formación
Mientras esperas, Dios moldea tu carácter, fortalece tu fe y purifica tus motivos. Como dice Romanos 5:4:
“La paciencia produce carácter, y el carácter, esperanza.”
4. A veces Dios ya habló, pero no queremos escuchar su respuesta
Dios nos habla por Su Palabra, por consejos sabios, o por puertas que se cierran. Pregúntate: ¿Estoy dispuesto a aceptar la respuesta, aunque no sea la que esperaba?
5. Jesús también vivió el silencio de Dios
En la cruz, Jesús gritó:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46)
Él entiende tu dolor. No solo lo conoce, lo vivió, y por eso puede sostenerte en medio de él.
Sentir que Dios guarda silencio no significa que no te ame. A veces, su silencio es una invitación a confiar más, a buscar más, a rendirlo todo.
Él no te ha olvidado. Él está contigo.
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